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Toledo

Toledo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986. Era el reconocimiento a una ciudad en la que judíos, musulmanes y cristianos han dejado su impronta.

Los distintos pueblos que han pasado por Toledo han ido dejando sucesivamente su huella en la ciudad. Por ejemplo, las murallas, que existen desde la época romana, fueron reconstruidas y recibieron su actual disposición con los árabes. Multitud de puertas las jalonan, pero es la Puerta de la Bisagra, que posee en la parte superior el escudo de la Ciudad Imperial, la más representativa y la que da entrada a la ciudad histórica.

Mezquita del Cristo de la Luz (siglo X)

La única de su estilo que pervive de las diez que existieron en la ciudad. Se encuentra nada más superar la Puerta de la Bisagra. Los arcos de herradura se suceden en un espacio que recuerda y se basa en la mezquita de Córdoba.

Sinagoga del Tránsito (siglo XIV)

Preciosos muros recubiertos de yesería preceden a un interior de planta rectangular, cubierto por un bello alfarje (armadura plana). Aloja el Museo Sefardí.

Catedral Primada

De estilo gótico. Se levantó entre 1226 y 1493 sobre una iglesia visigótica construida durante el reinado de Recaredo. La sacristía alberga una valiosa colección de cuadros de El Greco, Lucas Jordán, Van Dick y Goya. Pero todas las dependencias son obras de arte: desde la Capilla de los Nuevos Reyes a la Capilla de Santiago pasando por el coro renacentista, la capilla mozárabe o la sala capitular.

Casa Museo de El Greco

Aunque una placa indica a la entrada que el pintor no vivió aquí, sí alberga algunos cuadros significativos del artista de Creta, como Las lágrimas de San Pedro o El Apostolado.

Alcázar de Toledo

Situado en la parte más alta de la ciudad, en la época romana fue palacio y con los cristianos se convirtió en el primer alcázar de planta cuadrada. Con Carlos I sufrió una importante remodelación. Cada fachada es de un estilo y época: la este medieval, la oeste renacentista, la norte plateresca y la sur de estilo churrigueresco. Con la invasión de las tropas francesas y la Guerra Civil española quedó destruido, pero tras su reconstrucción alberga el Museo del Ejército y dependencias militares.

Iglesia de Santo Tomé

En su interior guarda una joya artística: “El Entierro del Señor de Orgaz” de El Greco.

Mirador del Valle

La panorámica que se obtiene del río Tajo y los monumentos de la ciudad es increíble. De hecho, pintores como el Greco o Picasso intentaron captar su belleza.

Puente de San Martín

Existía ya a mediados del siglo XIV aunque después fue reconstruido. Fue declarado Monumento Nacional en 1921 y desde allí los atardeceres son inolvidables.

Puy du Fou

Parque temático que recrea 1500 años de la historia española a través de un gran espectáculo.

Las primeras referencias hablan de Toletum en el siglo IV a.C. como capital de la Carpetania romana. A esta civilización le siguieron dos pueblos germánicos: los alanos y los visigodos, con los que Toledo vivió un periodo de esplendor político y religioso. Hubo tiempo para que el protagonismo de la ciudad decayera durante tres siglos con la invasión musulmana, hasta que en 1085 Alfonso VI impulsó la repoblación de estas tierras bañadas por el Tajo.

En la segunda mitad del siglo XIII, Alfonso X el Sabio convirtió la ciudad en uno de los mayores focos culturales de Europa. En este periodo, gracias a la famosa escuela de traductores de Toledo, se recuperaron importantes textos filosóficos y teológicos de la cultura clásica que se habían conservado en las bibliotecas árabes y hebreas. En Toledo vivían alrededor de 12.000 judíos, que dejaron su sello con multitud de sinagogas.

Los Reyes Católicos mostraron siempre su predilección por esta tierra. Pero en 1561, Felipe II trasladó la Corte a Madrid, ante la incapacidad de Toledo para albergar todos los organismos. Este hecho supuso un punto de inflexión en su historia hasta que la Iglesia, con conventos y fundaciones religiosas, dio de nuevo vida al enclave.

Con el siglo XIX llegaron artistas y literatos que divulgaron una imagen romántica, así como la recuperación demográfica y el ferrocarril (1858). En la segunda mitad del siglo XX se produjo un nuevo impulso industrial y en la década de los 1980 se convirtió en capital de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.

 

Un tiempo y una historia que van unidas a la artesanía: a las espadas toledanas, la cerámica o el damasquinado. La fabricación de espadas y sables se destina principalmente al turismo, si bien existen pedidos de algunos ejércitos del mundo.

En cuanto al damasquinado, se trata de una práctica decorativa árabe que consistía en incrustar oro o plata sobre materiales menos nobles pero más duros (hierro, bronce, acero, loza, porcelana...) y se emplea en anillos, pulseras, broches, platos. Todas las calles están repletas de talleres y comercios dedicados a la artesanía que no pasan desapercibidos para el visitante y convierten algunos espacios en pequeños bazares.

La buena fama de la cocina queda corroborada por el dicho "Cocinero y cochero, tómalos de Toledo" y por las referencias que hizo en La Noche Toledana Lope de Vega en el Siglo de Oro. La caza puede considerarse la clave de una cocina que, además, tiene buena materia prima gracias a los aceites, azafranes y gran variedad de productos de la huerta. Ciervos, jabalíes, palomas torcaces, tórtolas, codornices y, cómo no, la perdiz roja, llenan los platos de quienes degustan la cocina más tradicional.

No puede faltar tampoco el pisto manchego, con las mejores hortalizas de la huerta toledana, o el pote (pimientos con huevos). Aunque estos manjares guardan claras raíces manchegas, del mismo modo que la ciudad es un compendio de los artes más diversos, la cocina ha sabido asimilar el legado árabe, cuyo ejemplo está en la repostería y tiene nombre propio, los mazapanes. Dulces y confituras tienen su origen en los conventos de la ciudad. Pestiños, rosquillas, marquesitas... Todo regado con vinos toledanos: Méntrida, Yepes, Quintanar, Ocaña...

Para los interesados en adquirir algún producto típico, ya sea de gastronomía o de artesanía, se puede visitar La Catedral del Mazapán o la tienda de artesanía típica Damasquinados Julian Oliva CB.

Uno de los restaurantes donde encontrar gastronomía típica de la zona es el Restaurante Adolfo (Hombre de Palo, 7), perteneciente al Grupo Adolfo, con gran entusiasmo por la tradición de la cocina española y que ofrece cocina creativa y manchega. Cabe destacar que el grupo de restauración Adolfo, del chef Adolfo Muñoz, cuenta con otro restaurante en el centro de Madrid, la Terraza Cibeles.

Celebrado desde el siglo XIII, el Corpus Christi es la fiesta más significativa de la ciudad. Los balcones se adornan con banderas, flores y mantones para ver pasar la Custodia de Arfe. El recorrido se realiza por calles cubiertas con toldos (bajo palio) y se cubre de tomillo y de romero el suelo que pisarán los gigantones y cabezudos, la Guardia Civil, la Cruz procesional, las cofradías con sus estandartes, los niños que han realizado la Primera Comunión, el clero, el Arzobispo, las autoridades y la banda de música. 

 

  • En coche: a 60 minutos por la autovía A-42 (Antigua N-401) y a 50 minutos por la autopista A-P 41.
  • En autobús: a 70 minutos desde el Intercambiador de la Plaza Elíptica (Alsa).

 

Más información: Página Oficial Turismo Toledo

 

 

Plano Turístico Toledo (PDF)

Mapa callejero del casco histórico de Toledo con la localización de museos y monumentos, precios y horarios, servicios turísticos, teléfonos de interés, transportes, etc.

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