Ocupando el local en el que estuvo el afamado y lujoso Jockey, Saddle abrió sus puertas en el otoño de 2019 para convertirse en un clásico contemporáneo de la restauración madrileña. Un espacio de 1600 metros cuadrados divididos en dos plantas que es reconocido con una estrella Michelin desde la edición de 2021 gracias al trabajo del chef Adolfo Santos, artífice de una carta basada en un producto de máxima calidad y de temporada.

Saddle cuenta con un gran comedor sofisticado y luminoso, donde predominan los materiales nobles, como el mármol, la madera o el latón. En él destaca su imponente lucernario, que lo cubre completamente y que le otorga un sistema de climatización por geotermia que permite la renovación del aire constante de forma limpia y segura, y su jardín interior.

También dispone de una zona de bar, más informal, con una propuesta enfocada a la barra de producto, de gran calidad y poca elaboración. Éste se podrá maridar con una carta de más de 200 champagnes y una gran variedad de cócteles de temporada, que fusionan la coctelería clásica con las tendencias actuales.

En su planta baja se encuentran los cinco reservados, donde se puede disfrutar de un ambiente más íntimo y discreto, pero con la misma propuesta gastronómica que en el salón. Con una capacidad que oscila de 2 a 24 personas según el reservado, disponen dentro de ellos, además, de zonas de estar.             

Además de poder disfrutar de platos de carta, Saddle cuenta con menús para grupos y un menú degustación.