Fundada por Joaquín Sabina junto a su amigo Julio Sánchez en 1995, La Mordida transporta al comensal al México más colorista y sabroso, con una decoración creada por un equipo mexicano - español que no escatima en detalles gastronómicos del país azteca, tonalidades encendidas y murales varios.

En La Mordida se demuestra que no todos los tópicos son ciertos: se puede saborear la comida sin que ésta sea necesariamente picante. Los colores que tanto destacan en el ambiente del lugar, se trasladan a la mesa, donde se produce un estallido de sabores muchas veces inesperado para los visitantes.

Con una carta creada por Honorio Vaquero y elaborada por cocineros mexicanos especializados en la gastronomía tradicional de México, no se puede dejar de probar los platos básicos: frijoles, chilaquiles, enchiladas, o el omnipresente guacamole. Para acompañar la comida es imprescindible degustar cualquiera de las muchas cervezas originales con las que cuentan en el local. Y, para terminar, los deliciosos postres, todos caseros, como los pais de limón o mango, la exquisita tarta de queso y, como no, los cócteles que elaboran estos auténticos expertos de los preparados: Margaritas, Tequipiñas, Daiquiris o Burrabagas.

La Mordida cuenta con otros locales en Madrid, en la calle Belén, 13 (La Mordida de Belén); la calle Fuentes, 3 (La Mordida de Fuentes); la calle Pío Baroja, 9 (La Mordida de Retiro); Avenida de Brasil, 6 (La Mordida de Bernabeu); la calle Princesa, 3 (La Mordida de Princesa);  la calle Diego de León, 56 (La Mordida de Diego de León); y la calle Ríos Rosas, 38 (La Mordida de Ríos Rosas); y en la calle Atenas, 2, en Pozuelo de Alarcón (La Mordida de Pozuelo).