Situado en el barrio de Malasaña, este convento fue fundado en 1609 por el sacerdote Juan Pacheco de Alarcón, de quien toma su nombre. De la construcción del edificio se sabe que en 1656 se terminó la iglesia y que en 1671 se reformó el conjunto por parte del arquitecto Gaspar de la Peña. El templo alberga los restos de la beata María Ana de Jesús, copatrona de Madrid, que todos los 17 de abril se muestran al público. En 2014, la Comunidad de Madrid le declaró Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.

La iglesia es un buen ejemplo de arquitectura barroca madrileña del siglo XVII. La fachada principal, que da a la calle de la Puebla, sigue el modelo creado por fray Alberto de la Madre de Dios en el también madrileño Real Monasterio de la Encarnación, aunque simplificando la composición y sustituyendo la piedra por el más económico ladrillo. La fachada es muy sencilla y está decorada con una imagen de la titular del convento y motivos heráldicos.

En el interior de la iglesia, destaca el retablo mayor, con un gran cuadro del pintor Juan de Toledo. Se trata de una abigarrada composición muy característica del barroco cortesano de la época, valiosa por ser una de las escasas obras que se conservan de este artista. Del mismo autor son los lienzos de San Pedro Nolasco y San Antonio de Padua, que ocupan el banco del retablo, así como los del altar colateral izquierdo.

En el lado opuesto del altar está situado el gran cuadro del Sueño de San José, de Juan Montero de Rojas. Se conserva también un San Antonio Abad, obra de Antonio Arias, completando así una apreciable colección de pintura barroca madrileña.