Dominique Mandonnaud abrió en 1969 una perfumería en Limoges que sería el origen de Sephora. Este perfumista concebía su negocio no como un lugar de venta tradicional sino como un espacio donde el cliente experimentaba y descubría las novedades, a través de un simple paseo.

Y este paseo tenía que ser en un ambiente agradable, por lo que la decoración tenía que ser una continua llamada a los sentidos. En la práctica esto supuso una revolución para los clientes, en tanto que aquí podían tener libre acceso a todos los productos, perfumes, colores para comparar, tocar u oler, sin ningún tipo de compromiso.

 La vendedora se convirtió entonces más bien en una asesora, experta en belleza, consejera del cliente, dejando atrás el antiguo concepto de vendedora. Esta nueva experiencia de belleza viene acompañada de una selección de las mejores marcas, pero también de los productos exclusivos imposibles de encontrar en cualquier otro lugar.

 El concepto fue un éxito y, en 1979, Dominique Mandonnaud abre bajo la marca Shop 8 una decena de nuevas tiendas, llegando a Paris en 1988. El nombre Sephora se impone al grupo en 1994. Símbolo de elegancia, de alegría y de libertad es desde entonces sinónimo de lujo y belleza accesible para una mujer moderna y creativa.