Ubicado en el Madrid de los Austrias, la esencia de este restaurante es castiza pero con importantes toques internacionales. Con el japonés Kenji Morita en los fogones, en su carta conviven platos tradicionales madrileños, como las croquetas de pringá –porque los jueves se come cocido madrileño-, junto a propuestas internacionales.

En cuanto a la bodega, cuenta con una gran selección de vinos de toda España -destacando los de tierras jerezanas- y Borgoña, para cuya correcta elección cuenta con el trabajo de tres sumilleres, con Sergio Martin a la cabeza.

El local, más bien pequeño, está decorado con paredes de ladrillo visto y suelos, mesas y sillas de madera, donde el vino es el gran protagonista, con varias botellas tras la barra y vistiendo una de las paredes. Fue seleccionado como mejor local de tapas el año 2007 por  “El Mundo / Metrópoli.