Con motivo de su 125º aniversario, L’Operamore Compañía Lírica representa los días 7 y 8 de junio en el Teatro Amaya cuatro funciones de esta emblemática obra cómica de la zarzuela.

“Agua, azucarillos y aguardiente” era uno de los gritos más habituales de los vendedores ambulantes del Madrid del siglo XIX. Una voz que se convirtió en zarzuela mediante el texto de Miguel Ramos Carrión y la música de Federico Chueca.

Ambientada en el paseo de Recoletos, la pieza muestra la idiosincrasia de ese Madrid castizo representado por las clases más humildes de la ciudad y sus relaciones cotidianas. Chulapos, barquilleros, aguadoras… Todos los personajes tradicionales de la época tienen cabida en esta función llena de giros argumentales y situaciones cómicas.

Así, los chotis y pasodobles se intercalan con la historia de Aquilino, un hombre de negocios que es propietario de pisos baratos de alquiler, además de prestamista. Con Aquilino están endeudados Serafín, Simona y Pepa, que tiene alquilado un puesto de refrescos.

Desconfiado por naturaleza, Aquilino marca los billetes que presta a sus deudores. Por ello, cuando Simona y Pepa cumplen con su deuda, Aquilino se da cuenta de que le pagaron con el dinero que en su momento prestó a Serafín.

Pero eso no es todo porque Atanasia, una niña cursi que vive con su madre, está enamorada de Serafín, que es el hijo de un exministro. A su vez Pepa, Lorenzo, un picador avispado, Manuela, una aguadora ambulante, y Vicente, el novio de esta última, se sumergen en un divertido lío amoroso, al tiempo que Serafín trata de cobrar lo que le deben y conquistar a Asia.

Duración aproximada: 1 hora y 30 minutos