En Madrid está la plaza de toros más importante del mundo, la Monumental Plaza de Las Ventas, que se llena cada temporada para disfrutar de los más destacados ‘matadores’ del momento. El edificio de estilo neomudéjar, construido en 1929 por José Espeliú, es uno de los monumentos más importantes de Madrid. Se trata de la mayor plaza de España, con capacidad para albergar a más de 23 000 espectadores.

El visitante podrá experimentar cómo se siente el torero, el toro y el público gracias al recorrido por el patio de cuadrillas, el patio de arrastre, la Puerta Grande, el ruedo y los tendidos. Las Ventas ha visto pasar por su ruedo a los más grandes toreros de la historia y ha albergado en sus gradas a personajes como Ernest Hemingway, Ava Gardner, Pablo Picasso, Jean Cocteau, Greta Garbo, Orson Welles o Sofia Loren.

Para conocerla, nada mejor que realizar LasVentasTour, una visita guiada oficial de 45 minutos de duración que recorrer todo el edificio y permite aprender la historia y leyenda del arte taurino y entender mejor una corrida de toros.

La visita cuenta con un sistema de audioguías en ocho idiomas (español, francés, inglés, italiano, portugués, alemán, chino y ruso) y una producción audiovisual para experimentar una corrida de toros a través de imágenes y sonido ambiente real.

Para disfrutar plenamente de los toros es necesario conocer el código de la tauromaquia. Las corridas de toros están regidas por unas reglas muy estrictas. En una tarde intervienen –por lo general– tres toreros, empezando por el que tiene más experiencia, y se lidian seis toros.

La corrida comienza con el paseíllo, desfile de las cuadrillas hacia la tribuna del presidente de la plaza. En la primera de las suertes o partes de la corrida, llamado tercio de varas, el matador recibe al toro con el capote y luego los picadores, a caballo y con la puya, frenan al toro sobre su morillo para que no embista levantando la cabeza.

En la segunda de las suertes, los banderilleros clavan sobre el lomo del toro los rehiletes. En la última suerte, el tercio de la muerte, el matador pide permiso al presidente para dar muerte al animal, se quita la montera y brinda la faena. Finalmente se sirve de la muleta para lidiar al toro y matarlo con el estoque.

El público es quien, agitando un pañuelo blanco, presiona al presidente para que premie al torero o no lo premie con: una oreja, dos, dos orejas y rabo o salida a hombros por la puerta grande. Los toreros temen al tendido siete de la Plaza de Las ventas, que desde hace décadas acoge, según dicen los expertos, al público más exigente.

Mayo es el mes de los toros en Madrid. El 2 de mayo se celebra la tradicional corrida goyesca (con los intervinientes vestidos a la manera del siglo XIX) y, poco después, y hasta mediados de junio, se celebra en la Plaza Monumental de Las Ventas la Feria Taurina de San Isidro que convierte a la ciudad en la capital mundial del toreo.

Durante casi un mes, en torno al Día de San Isidro (15 de mayo), la Plaza de Las Ventas acoge a los matadores, novilleros y rejoneadores más importantes del panorama taurino, junto a promesas del toreo que se estrenan en la gran plaza, es decir, confirman la alternativa.

El día del patrón de Madrid es la fecha más remarcable de la feria y uno de los carteles más potentes y esperados. Otra de las fechas marcadas en rojo en el calendario es la popular Corrida de la Prensa, que organiza (desde su primera edición en 1900) la Asociación de la Prensa de Madrid.

A partir de entonces, hasta septiembre, hay toros todos los domingos. Después acaba la temporada con la Feria de Otoño, a mediados de octubre. Aunque también en invierno la Plaza cubierta de Vistalegre, en el barrio de Carabanchel, celebra festejos taurinos durante todo el año.

Por su parte, a finales de agosto San Sebastián de los Reyes celebra sus tradicionales fiestas, especialmente conocidas por sus eventos taurinos y encierros lo que le ha valido ganarse el nombre de la Pamplona Chica. Por su parte, el municipio de Navalcarnero celebra sus tradicionales encierros nocturnos como parte de las fiestas patronales, cuya primera celebración se remonta a octubre del año 1649. Un acto que tiene lugar la primera quincena de septiembre en la Plaza de Toros de Navalcarnero.