Próximo a la Glorieta de Embajadores y a La Casa Encendida, se encuentra este bar restaurante centenario que fue edificado sobre la antigua muralla de Madrid, tal y como se puede leer en un cartel en su interior. De su cocina salen platos caseros, tapas y raciones, y sirve desde desayunos hasta cenas.

La taberna fue creada en 1899 por Ramón García Rodríguez. En 2015 pasó a manos de Valeriano Romero Gutiérrez y Josefa Sanz García, que reformaron el local para que fuese más acogedor. En sus mesas hay una capacidad para cerca de 50 comensales.

La carta se compone de recetas tradicionales, como los callos, la ensaladilla rusa, el bacalao con tomate, los chipirones, la tortilla de patatas o las albóndigas, y cuenta con menú diario con guisos caseros. Entre los postres destacan sus famosas torrijas, el flan o el pudin casero, pudiéndose tomar también chocolate con churros tanto en el desayuno como en la merienda.