En las entrañas del estadio merengue se sitúa el Real Café Bernabéu, un espacio pensado no sólo para los futboleros, también para los amantes de la cocina más vanguardista y moderna.

El local, al que se tiene acceso por la puerta 30 del estadio, se encuentra dividido en dos plantas, diseñadas por el arquitecto norteamericano Jordan Mozer: por el día, la de calle se destina a cafetería, donde picar algo entre una amplia variedad de pinchos, raciones y bocadillos después de la visita del “Tour del Bernabéu”; por la noche, el espacio se convierte en un exclusivo bar de copas.

Pero es la superior, donde se ubica el restaurante, la de mayor atractivo, no sólo por sus recetas de raíz asiática y mediterránea a precios competitivos, sino por la incomparable panorámica del terreno de juego que ofrece su impresionante cristalera, de 80 metros de longitud.

Además, en verano abre su terraza, acondicionada sobre las mismas gradas y con espacio suficiente para albergar a cien personas, que de lunes a viernes pueden amenizar sus cenas con actuaciones musicales en directo. Por si esto no resultase bastante tentador, en el extremo derecho hay una barra VIP y un área de reservados a la que tienen acceso los jugadores desde el estadio. El único inconveniente es que, los días de partido, el local permanece cerrado al público, ya que se alquila a organismos, empresas o instituciones que así lo requieran.