Este pequeño restaurante de la calle Lagasca ofrece, única y exclusivamente, platos elaborados con productos procedentes del cerdo, alejados del típico jamón, morcilla o chorizos. Aquí el comensal podrá degustar otras piezas como carrillera, cabezada o panceta, elaboradas según las recetas del chef italiano Francesco Arancio.

El local se divide en dos áreas: la 'porcinería', con mesas altas y un original diseño de barra abierta donde se puede observar a los cocineros cortar y preparar el género como en las charcuterías de siempre, y el bistró, en el que poder relajarse en un ambiente íntimo y acogedor.

La carta, de precios asequibles, se compone de propuestas en las que las carnes se combinan con verduras y platos más aptos para vegetarianos, como la sopa fría de tomate y burrata, o la brocheta de mini verduras al horno con salsa tártara. Además cuenta con una gran variedad de destilados y licores.