Fundada en 1904 por un grupo de industriales alemanes para el exclusivo consumo de cerveza, hoy es una parada casi obligatoria si se pasa por la Plaza de Santa Ana, en el Barrio de las Letras. Con una decoración que permanece prácticamente inalterable desde su inauguración (sólo han desaparecido su chimenea prusiana y el gran espejo bávaro que adornaba sus paredes), es uno de los locales clásicos de la ciudad, reconocido en 1980 por la Cámara de Comercio de Madrid como Establecimiento Tradicional Madrileño.

Como otras tantas tabernas clásicas de Madrid, por ella han pasado personajes ilustres del mundo de la cultura como Valle Inclán, Jardiel Poncela, los Paso o Víctor de la Serna, gentes del teatro como María Guerrero, Rivelles, actrices como Ava Gardner, el premio nobel Ernest Hemingway y especialmente del mundo taurino.

Sus propuestas culinarias dejan siempre buen sabor de boca: gambas cocidas, pulpo a la vinagreta, almejas a la marinera, mejillones al vapor, sardina rebozada, boquerones fritos, queso manchego, ibéricos (lomo, jamón, chorizo, salchichón), tortilla española, salchichas alemanas, croquetas, etc.

En verano, su terraza al aire libre en la misma plaza es una de las más solicitadas. Toda una institución en el arte del tapeo madrileño.