Para descubrir el Madrid más típico el mejor punto de partida es la bulliciosa Puerta del Sol, que ha pasado a ser peatonal y es el lugar idóneo donde fotografiarse con el Oso y el Madroño, el kilómetro cero, la Mariblanca, la Casa de Correos o el mítico cartel de Tío Pepe. Tras recorrer la Plaza Mayor y sus cuatro siglos de historia llegamos a la Plaza de la Villa, centro del Madrid medieval, que conserva algunos de los edificios más antiguos de la ciudad: la casa y torre de los Lujanes, la casa-palacio Cisneros y la Casa de la Villa.

Muy cerca nos aguarda la Catedral de La Almudena, donde destacan la cripta –de estilo neorrománico– y la cúpula, desde la que se disfrutan unas impresionantes vistas de la ciudad. Junto a ella resiste parte de lo que fuera la Muralla Árabe de la ciudad. Tras recorrer las salas del Palacio Real llega el momento de perderse por los jardines de Sabatini y por los del Campo del Moro, un extenso jardín de estilo inglés a los pies del palacio donde se pueden ver pavos reales paseando. Destaca el Mirador de la Cornisa del Palacio Real, situado en la Plaza de la Armería, desde el que disfrutar de unas preciosas vistas de los Jardines del Campo del Moro y de la Casa de Campo.

Además, Madrid cuenta con numerosas estatuas dispersas por toda la ciudad, algunas de ellas con historias muy curiosas y de interés como El Día y la Noche o “La mano” de Botero.

Parques y jardines

Madrid está llena de espacios verdes. El que no puedes dejar de visitar es el Parque de El Retiro, un parque histórico en pleno centro que conjuga la tranquilidad con una interesante oferta cultural donde destacan el Palacio de Cristal, el Palacio de Velázquez (ambos acogen muestras en su mayoría de arte contemporáneo), el Estanque, el Monumento a Alfonso XII y la escultura del Ángel Caído. Muy cerca se encuentran dos de los principales símbolos de la ciudad: la Puerta de Alcalá y la Fuente de la Cibeles.

También merecen una visita, el parque Juan Carlos I (junto al Campo de las Naciones), con un lago en el que practicar varios deportes, volar cometas y un servicio de alquiler de bicicletas gratuito, el parque del Cerro del Tío Pío (Vallecas), que nos ofrece unas espectaculares vistas de Madrid desde sus siete colinas, o los jardines del Palacio del Príncipe de Anglona (barrio de La Latina), un auténtico –y escondido- remanso de paz.

Por último, tres parques que los mismos madrileños están descubriendo en los últimos años: el parque de El Capricho, que esconde laberintos, fuentes, un templete y hasta el búnker que alojó el Cuartel General del Ejército Republicano del Centro durante la Guerra Civil y las Quintas de los Molinos con sus hermosos almendros, y de Torre Arias, que destacan por su variedad botánica y sus grandes extensiones de arbolado.

Con mucho arte

Las paradas obligadas para todo amante del arte son las tres grandes pinacotecas, con las que recorrer un viaje por el arte pictórico desde la Edad Media hasta la actualidad. El Museo del Prado alberga las grandes obras de Goya, el Greco, Velázquez, Tiziano, Rubens y el Bosco. El Reina Sofía, que aloja el famoso Guernica de Pablo Picasso y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza completa la oferta con una rica colección que va desde el trecento hasta las vanguardias más rompedoras. Para quien planee visitar los museos, el Abono del Paseo del Arte ofrece descuentos atractivos.

El Paseo del Arte, epicentro de la vida cultural de la ciudad, ha sido declarado en 2021 Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en la categoría de Paisaje Cultural e incluye el Paseo del Prado entre Cibeles y la Plaza de Atocha, todo el Parque de El Retiro, y el barrio de los Jerónimos.

No muy lejos, en el Barrio de las Letras, se encuentra la Casa Museo Lope de Vega, muy cerca de la tumba de Cervantes, enterrado en el Convento de las Trinitarias. Para hacerse una foto con las estatuas de don Quijote y Sancho Panza hay que pasear hasta la Plaza de España, que tras su remodelación se ha convertido en uno de los nuevos ejes centrales de la ciudad, un espacio verde, con esculturas, juegos infantiles y vías ciclistas. Desde allí es fácil acercarse hasta el templo egipcio de Debod, desde cuyos jardines se contemplan hermosas puestas de sol. 

Callejear, comer y comprar

Otra de las actividades imprescindibles es pasear por sus calles, probar las tapas e ir de compras. Visitar cualquier día, especialmente los domingos, el Rastro, el mercado más castizo, y tomar el aperitivo en algunas de sus tascas más tradicionales es algo que no puedes dejar de hacer. Sin olvidar acercarte a los antiguos mercados de abastos como los de Antón Martín, San Antón o San Miguel, muy modernizados, o los de Chamberí, Maravillas, La Paz o Ventas, algo más alejados del centro.

En cuanto a las compras, las zonas de Sol-Preciados-Carmen y Mayor-Arenal conforman un inmenso centro comercial al aire libre, abierto todos los días de la semana con tiendas multimarca y de diseño.

No hay que olvidar los comercios centenarios entre los que se incluyen alpargaterías (tiendas dedicadas al comercio de alpargatas), jalmerías (sillas de montar), guitarrerías (guitarras), cordelerías (cuerdas), cuchillerías (cuchillos), sastrerías (sastres) o corcheras (tapones de corcho). Y los restaurantes centenarios que llevan más de cien años preparando los platos típicos de la ciudad y sirviendo el mejor vino de la región como es el caso de locales como Botín, Malacatín, Casa Labra o Lhardy, entre otros.

Fútbol y flamenco

En Madrid se vive el fútbol como en pocas ciudades de Europa. Si compartes esa pasión, debes visitar el Santiago Bernabéu (casa del Real Madrid que actualmente se encuentra en reforma), el recién estrenado Estadio Cívitas Metropolitano (sede de su máximo rival, el Atlético de Madrid) y el Campo de Fútbol de Vallecas (hogar del Rayo Vallecano, el tercer club de la ciudad).

Si lo que te gusta es la tradición, debes saber que Madrid está considerada la capital mundial del flamenco. Para disfrutar de este arte que puedes visitar alguno de los tablaos flamencos con más solera de la ciudad.

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