Bienvenidos a Madrid
El parque de la Dehesa de la Villa, situado al noroeste de la ciudad, por la zona de Ciudad Universitaria, cuenta con unas impresionantes vistas de Madrid y su sierra que se pueden disfrutar desde este mirador, conocido popularmente como el Cerro de los Locos o de las Balas, que se reincorporó al parque en 1998.
Desde finales del siglo XIX, se le conocía como Cerro de las Balas porque cerca se encontraba el recinto de la Sociedad de Tiro Nacional, en los campos de la Moncloa (lo que ahora es la Ciudad Universitaria), y muchas de las balas se perdían por la zona. Posteriormente, en torno a la década de 1920, comenzó a ser llamado el Cerro de los Locos porque era frecuentado por un grupo de toreros, que acudían a ponerse en forma, realizando carreras, saltos y todo tipo de cabriolas, a los que más tarde se unieron atletas y boxeadores que, ante la falta de gimnasios y los elevados precios de los existentes, entrenaban de manera gratuita en este lugar.
El Cerro de los Locos fue también un lugar estratégico en la defensa de Madrid durante la Guerra Civil, pudiéndose ver aún hoy restos de trincheras y refugios. Tras la guerra, volvió a ser frecuentado por deportistas y toreros.
Más tarde, se instaló la torre eléctrica que lo corona (hoy torre de telefonía), cuyas paredes sirvieron para jugar a la pelota vasca y al frontón. En ella se encuentra una placa conmemorativa de los más de cien años de existencia de este pintoresco lugar de entrenamiento.
Gracias al antiguo acróbata Ángel Vázquez, uno de los habituales visitantes del cerro desde su juventud, la zona se ha arreglado con plantas, árboles, mesas y bancos, así como elementos para practicar deporte.
A algo más de un kilómetro del Cerro de los Locos, en una de las curvas de la antigua carretera de la Dehesa de la Villa, se encuentra otro bello mirador, con cartel informativo del parque, del que se pueden disfrutar de unas bellas vistas de la zona oeste de Madrid, especialmente durante los atardeceres.
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