Este restaurante de la calle Goya presenta una curiosa combinación: tapas y cócteles. En un local que busca ser un homenaje a la mujer actual, se pueden saborear tapas basadas en la temporalidad del producto y unos cócteles de calidad en los que conviven la creatividad y el clasicismo perfectamente.

El local, que se divide en distintos ambientes, está basado en los cafés de Copenhague de los 80 y está decorado con formas geométricas y espejos redondos, así como sofás tapizados en tonos verdes y rosas.

De la mano del chef Javier Navarro, la carta se compone de tapas clásicas como la tortilla de patata o croquetas de ibérico, así como otras más de autor, como el socarrat de pollo en pepitoria. Los cócteles, también de autor, destacan por su equilibrio y fuerza.