Perteneciente al grupo hostelero Rantanplan, este restaurante presenta una propuesta gastronómica de fusión japo-latina de alta calidad, en la que se puede disfrutar de la cocina tradicional y elegante japonesa aliñada con los sabores alegres y coloridos de las cocinas latinoamericanas. Todo ello de la mano del chef Álex Moranda, formado en Japón y con experiencia en importantes locales de Londres y Madrid.

Situado en la Avenida de Concha Espina, 55, el local cuenta con capacidad para 70 comensales, y se divide en un salón principal y un invernadero japonés, a la entrada del restaurante. El interiorismo ha sido obra de María Villalón, que se ha inspirado en el minimalismo japonés.

La carta ofrece platos como el trío de mini tacos de bogavante con mahonesa de tobiko y lima, de carrillera en mole poblano y sour cream y de salmón peruvian  style; Mini arepas de buey con salsa de rocoto y yuzu; Tiradito de wagyu A‐5 con salsa de ají amarillo,  camote y chips de ajo; o Usuzukuri de hamachi, ponzu, jalapeño y cilantro. Sin olvidar los Konros, mini parrillas japonesas individuales, una amplia carta de nigiris y rolls, y varios postres.