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Compras: Chamberí

Chamberí es quizá una de las zonas de Madrid que mejor conserva el aire de barrio, con calles vivas, pero no demasiado transitadas por el turismo masivo a pesar de su cercanía con el centro. Tal vez ese sea el secreto para reunir una atractiva mezcla de tiendas y comercios donde las marcas más conocidas se alternan con pequeñas tiendas especializadas.

Como en otras áreas de la capital, también aquí encontraremos locales de las marcas de moda más frecuentadas por el público generalista. El tramo de la calle Fuencarral entre la glorieta de Bilbao y la glorieta de Quevedo es un agradable paseo jalonado por escaparates tan buscados como los de ZARA, Oysho, Kling, Pull & Bear, Massimo Dutti o Women’s Secret. Aunque también encontramos locales menos habituales en otras zonas como la tienda de café La Mexicana, una generosa sucursal de La Casa del Libro, las pequeñas curiosidades de la danesa Hema, un amplio espacio para los productos naturales y ecológicos de Herbolarios Navarro o una sede urbana de la gran cadena de deportes Decathlon.

Pero si lo que deseamos es encontrar algunos comercios más originales y diferenciados, tendremos que callejear algo más. En este barrio cabe de todo, desde las lanas e hilos de Black Oveja (Sagasta, 7), un referente hipster para amantes del urban knitting —punto y ganchillo con propósito social o estético—, hasta la marroquinería hípica y equipaciones para equitación de Equus (Hilarión Eslava, 32).

A pesar del aire clásico de algunas de sus fachadas, las calles de Chamberí están salpicadas de tiendas para espíritus inquietos. Es el curioso caso de las tiendas de patinaje y skate que proliferan en la zona. Merecen una visita Sk8land, Dak Tak, 44 Board Shop, más centrada en surf y snow board, o Se Rueda. Otra singularidad de Chamberí es la proliferación de tiendas de juegos —de mesa, de rol, de cartas...—; echa un vistazo a Generación X, Naipe Juegos, La Comarca de Juegos o Ítaca. Otras jugueterías del barrio merecen una mención: Bazar Matey, para amantes de las maquetas, Hola Caracola, para quien busca jueguetes contra la nostalgia, Esmalper, un clásico para amantes de las casitas en miniatura y muñecas de porcelana, y Juguetrónica, el lugar perfecto para encontrar cualquier juguete tecnológico o cachivache lúdico —drones, robots, maquetas teledirigidas, etc.—.

El aire cultural y académico de este barrio, donde han vivido numeroso artistas, escritores y estudiantes, pervive en algunas librerías reseñables, como Visor, que además es editorial especializada en poesía; El Argonauta, especializada en música; Axón, volcada en temas médicos; La Flor de Chamberí, consagrada al universo de Tintín, o la deliciosa El Dragón Lector, una de las mejores librerías para peques en Madrid.

Y para golosos y gourmets, el barrio está plagado de tentaciones. Es imprescindible perderse en los puestos del Mercado de Vallehermoso y el Mercado de Chamberí; catar los quesos de La Quesería, Poncelet o La Fondí; elegir un buen vino en Santa Cecilia; o sucumbir ante las delicias de algunas de las pastelerías que salpican el barrio: destacan Viena Capellanes, Edelweiss, Chocolat Factory o La Marina, cuyos roscones de reyes se cuelan cada año entre los mejores de España.

 

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