Este pequeño rincón parisino del barrio de Chamberí ofrece todo tipo de objetos antiguos de origen francés, textil para el hogar hecho a mano y un buen número de curiosidades para regalar, como los ceniceros de cristal amarillo de los años sesenta de la casa Pernod o el clásico juego de café en porcelana de Limoges. También son muy conocidos sus saquitos perfumados, presentados en telas metis, con botones de nácar, coco o cuero y distintos rellenos de exóticas especies aromáticas.

Este es el lugar idóneo para bucear y hallar objetos raros y delicados, tarros de cocina de otras épocas, bomboneras de cristal, botellas de pastis de varias marcas y múltiples rarezas para gustos afrancesados. Además, esta tienda posee una buena colección de textil para el hogar, fundas para cojines, sábanas, mantelerías y delantales típicos de un bistrot, todo hecho a medida y a partir de materiales reciclados de tela metis antigua traída desde Francia, con la impronta de la diseñadora Olivia Legrand.