El Mercado de la Reina, situado en plena Gran Vía, es un lugar donde se recuperan los olores y sabores de toda la vida. Su cocina y su bodega están a la vista del cliente, creando un ambiente cercano y acogedor. Y continuando con esta filosofía, disponen de tres largas mesas corridas en mitad del restaurante, donde los comensales ‘comparten’ espacio.

En la barra-café, a pie de calle, se puede desayunar, disfrutar del aperitivo con su carta de tapas y raciones caseras (tortilla de patata, ensaladilla, croquetas caseras de jamón ibérico, surtido de quesos nacionales), comer de forma rápida y durante todo el día e incluso merendar. Unas escaleras dan acceso al restaurante con ventanales a la calle de la Reina, donde degustar una cocina supervisada por el chef Leonardo Gómez.

Entre sus especialidades destacan pulpo a la brasa con aceite de oliva virgen y vinagre de Módena, lechón crujiente con ensalada o merluza salvaje asada con salsa de cebolletas tiernas. Y para la noche, otras escaleras descienden hasta el Gin Club (confortables sofás, mesas de diseño y música jazz, soul y chill out), donde la protagonista es la ginebra, de la que se presenta una selección con más de 20 marcas diferentes de este destilado.