La Hoja –o La Fueya- abrió sus puertas el histórico día del 23 de febrero de 1981 con el objetivo de acercar a la capital una buena representación de la cocina asturiana, sus guisos sabrosos y suculentos y la calidad de su carne, pescado y marisco con una especial atención por los platos de caza y, sobre todo, por el pollo de corral o pitu de caleya, -como se le conoce en el Principado-, base de muchas de sus recetas.

Tanto en la barra de la cervecería como en cualquiera de sus dos salones, se pueden paladear platos como las verdinas con langosta o las fabes con almejas, dentro de un agradable ambiente rústico decorado con madera de roble americano y catando alguna de sus más de cien referencias de vinos.

Para quien prefiera llevarse su exquisita gastronomía a casa, el restaurante inauguró una tienda delicatessen en la que, además de vender toda clase de conservas, embutidos o confituras asturianas, también dispensan por raciones las recetas de la carta, como el pitu en petitoria, calamares en su tinta o rabo de toro.