Bienvenidos a Madrid
Esta marisquería abrió sus puertas en 1948, en la extinta Casa Bravo, pequeño local de la calle Padilla. Su fundador, Dionisio Amorós lo rebautizó como El Cantábrico en honor a su esposa, Fernanda Dehesa, santanderina de nacimiento.
El espíritu de antaño se mantiene en el local que conserva su largo mostrador, sus dos grifos de cerveza, sus azulejos y sus antiguas fotografías que decoran las paredes del local. Hasta tres generaciones han pasado ya por esta taberna, de las de toda la vida y con una materia prima de calidad. Tal vez por ello está siempre hasta la bandera.
Y como buena marisquería, lo que manda es el marisco cocido o a la plancha (langosta, bogavante, centollos, cigalas, nécoras, percebes, gambas, langostinos, camarones, ostras, buey de mar…), conservas (ventresca, berberechos, navajas, almejas) y, por supuesto, los boquerones en vinagre, lomo y chorizo ibéricos, queso, patatas fritas y cortezas. Y para beber: cerveza de barril, vinos blancos, tintos y rosados. También preparan el marisco para llevar a casa. El lugar es frecuentado por conocidos futbolistas y actores, que se confunden en el bullicio de una clientela de lo más variopinta.
Estación: 144