Tras sus antiguas puertas de madera azul, se esconde un placentero y agradable local donde todos los elementos de su decoración recuerdan a tiempos de antaño. Mesas de mármol y patas de hierro, junto con otras de madera, espejos con marcos de estilo rococó… Iluminación tenue que se completa con la acogedora luz de las velas, una por cada mesa, lo que le convierte en una opción idónea para ir en pareja.

Por la tarde, es un espacio donde tomar un café, una infusión o refresco en un ambiente relajado, con algo de música de fondo, pero sin interferir. Por la noche, es el sitio ideal para la primera copa, o simplemente, si se busca un espacio tranquilo para tomar un mojito o cualquier otro cóctel, sin tener que adentrarse en el ajetreo de la noche madrileña.

Además, el Belén cuenta a menudo con actividades culturales, como exposiciones de dibujo o fotografía, presentaciones de libros, etc.