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Esta obra escultórica, situada en la avenida de Felipe II, en el espacio intermodal entre las calles Narváez y Alcalá, en el Barrio de Salamanca, es un homenaje a la ciudad de Madrid y a su espíritu de acogida.
Realizada por el escultor gallego Manolo Paz, la obra está realizada en una retícula de acero inoxidable compuesta por una serie de cuatro cubos entrelazados en dirección ascendente hasta el cielo, que simbolizan la unión de todos los elementos para conformar una única escultura como cada uno de los habitantes que habitan las calles de Madrid se unen para formar la ciudad.
Manolo Paz estudió en la Escuela de Artes y Oficios Mestre Mateo de Santiago de Compostela. Su dilatada carrera se ha complementado con formación en numerosos países, donde ha realizado diversas exposiciones. En España, destacan sus obras en lugares emblemáticos como la Torre de Hércules en La Coruña, donde se encuentra el conjunto escultórico de 12 piezas ‘Familia de Menhires’ o la cruz para el altar en el que Benedicto XVI oficiaría los actos litúrgicos durante su visita, en el año 2010, a Santiago de Compostela.
Estaciones:
- Palacio de Deportes (calle Goya, 99)
- Plaza de Felipe II
- Calle Jorge Juan, 131
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