Embassy se describe a sí mismo como restaurante, salón de té, obrador, tienda delicatesen, bombonería y catering. Fundado en 1931 por una irlandesa, en el Paseo de la Castellana (sede ya desaparecida), fue en sus comienzos un salón de tertulia para la burguesía y la clase política madrileña, donde podía tomarse el clásico té inglés de las cinco en una atmósfera elegante y sofisticada, características que aún hoy sigue conservando.

De la tienda destacan productos como los erizos de mar, las anchoas del Cantábrico, el caviar de beluga, los mi-cuits, la mojama y todas las variantes de chocolate, entre las que cuentan con bombones, trufas o lenguas de gato, entre otros placeres.

En su salón se pueden degustar desayunos continentales, ingleses, españoles y chocolates y tés de diferente procedencia. Su restaurante también abarca las tendencias más diversas, con platos que van desde los clásicos callos a la madrileña hasta otros más sofisticados como el steak tartar al Armagnac.