Desde que los hermanos Dalmau se unieran a comienzos de los 80 para liberar sus dotes creativas en forma de ropa, los tentáculos de Custo Barcelona no han hecho más que extenderse por todo el mundo. La primera en inaugurar el imperio en Madrid fue la tienda de la calle Fuencarral, donde destaca por los juegos de colores de sus cristaleras.

Después llegó la de la calle Mayor, un espacio de 60 metros cuadrados dominados por una atmósfera industrial, a base de elementos de acero y estantes de pino sin tratar. Además de las prestigiosas camisetas, que beben de la estética californiana, con estampados de lo más atrevido y original, en todos los locales se presentan las colecciones de hombre y mujer de Custo Barcelona, así como sus líneas de complementos y accesorios, igual de atrevidos, psicodélicos y vanguardistas que las anteriores.