El Madrid de Alatriste
Recorre a pie los escenarios imprescindibles del Madrid del siglo XVII, el Siglo de Oro de la literatura española que dio escritores como Lope de Vega, Cervantes, Quevedo o pintores como Velázquez. Del arte barroco de la Plaza de la Villa al de la Plaza Mayor, pasando por tabernas que evocan esa época. Del Barrio de Las Letras, residencia de estos literatos, al convento de La Encarnación, lugar de batalla del personaje del novelista Arturo Pérez-Reverte, el capitán Alatriste.
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SIGUE LOS PASOS DE ALATRISTE
Donde se llevaban a cabo los actos de la Inquisición y de Limpieza de sangre reflejados en el segundo libro de la saga. Es asaltado en el capítulo cuatro de Limpieza de sangre.
Emblemático lugar donde se refugiaban los delincuentes de la época.
Plaza dotada de la esencia barroca de aquella época y escenario de los personajes de la novela, citada en el primer capítulo de El Capitán Alatriste.
En Limpieza de sangre cuenta como “de los más de setenta mil habitantes de Madrid, las dos terceras partes acudían a la Plaza Mayor cada vez que se lidiaban cornúpetas, celebrándose el valor y destreza de los caballeros que se enfrentaban a los animales”.
Comida tradicional castellana en el barrio de La Latina en una posada, reinaugurada como asador en 1982, ambientada en el Siglo de Oro.
En otro tiempo llamada Taberna del Turco o taberna de Caridad la Lebrijana, aquí vivía Diego Alatriste en un cuarto alquilado a la Lebrijana, en compañía del joven Iñigo Balboa.
En casa del famoso poeta, personaje histórico en las novelas de Pérez Reverte, Alatriste conoce a su hijo Lopito de Vega, que tiene su propia historia en la novela, incluida una pelea con el protagonista.
El museo cuenta con el lienzo de Diego Velázquez, La rendición de Breda o Las lanzas, del que se dice que el capitán Alatriste aparece a la derecha de este cuadro tras el caballo.
En estos jardines se encuentra la estatua del monumento a Felipe IV, uno de los personajes históricos de sus novelas.
Ubicado en la Plaza Mayor se encuentra este restaurante donde Arturo Pérez-Reverte afirma que ideó el Capitán Alatriste. El ambiente castellano de sus salones, en especial el del Salón Duque, resultó de gran inspiración para el escritor.
El museo cuenta con una copia del Plano de Teixeira trazado por el cartógrafo portugués Pedro Texeira en 1656. Un plano con el que Pérez-Reverte se inspiró para escoger los lugares de las escenas de Alatriste.
En este edificio de piedra y ladrillo se alojó Alatriste muy a su pesar cuando era cárcel de la Corte y albergaba, a un tiempo, los juzgados y la prisión. En esta plaza de la cárcel tenían sus covachuelas muchos letrados, leguleyos y procuradores que pescaban ganancia a pie de obra, como en almadraba, en aquellos tiempos en que se compraba y se sobornaba a la Justicia.
Este edificio del siglo XVI dotado de siete chimeneas en el tejado y una veleta, ha albergado a célebres personajes como el comerciante y banquero genovés Catamneo (Castaño para los madrileños), o al embajador inglés Bristol, en 1623, quien recibió en ella a Carlos Estuardo, príncipe de Gales, cuando visitó Madrid de incógnito para conocer a la hermana del rey, episodio recogido en la primera novela de la serie del capitán Alatriste.
Cuando los Austrias se asomaban a las ventanas del Alcázar Real que daban al Manzanares, lo primero que veían era el Puente de Segovia, una obra monumental inaugurada en 1588.
Es la calle principal del Madrid de Alatriste, por la que discurrían procesiones cívicas o religiosas, así como la comitiva de los visitantes ilustres que partían del alcázar para llegar al corazón de la ciudad o viceversa.
Una de las calles más animadas en tiempos del Capitán Alatriste. En ella se encontraban varias posadas y mesones famosos, así como la imponente iglesia de los jesuitas, actual Colegiata de San Isidro.