En el corazón del Madrid más castizo, rodeado de otras tiendas tradicionales, Borca abre su mundo de artesanía de los bordados a mano, en los espectaculares y apreciados mantones de Manila, realizados en seda natural y disponibles en multitud de modelos, tamaños y colores; en peinetas y mantillas, traídas directamente de la provincia de Granada, hechas a mano y también a máquina, más económicas, pero igualmente bellas, así como en mantos y velos para novias.

Pero desde su fundación en 1976 de la mano de Augusto González Lázaro, la tienda también se ha dedicado a vestir el hogar, con mantelerías pensadas para todas las ocasiones y las colchas y los juegos de cama, bordados a mano o con encajes de bolillos. En resumen, un templo del tejido y de la confección, transformados en prendas únicas e inimitables.